::::::: I AVE MARÍA,llena eres I de GRACIA I :::::::  
 
  :: Las Imágenes de María que lloran Sangre :: 25-04-2024 23:11 (UTC)
   
 


Rosa Mística llora sangre
en Brazil. 26 V 89

 

Rosa Mística llora
La Rosa Mística 
llora desde el 8 VIII 83, a las 3PM, en la casa de la Sra. María Lindens-Schroder, Konig Albertlaan 115, en  Maasmechelen (Bélgica).
 Estatua #B-1867.  

 

"Las Lágrimas de la Virgen Maria"
¿Por qué llora la Virgen?

Ver también: 
Lacrimación de la Virgen de Guadalupe en Venezuela (que reproducimos a continuación ) :


Llora la Virgen de Guadalupe en Venezuela 










Ver también: 
Acta de Lacrimación
Hoy 27 de febrero de 2001, Fiesta Regional de Nuestra Señora de Guadalupe y víspera del inicio del Santo Tiempo de Cuaresma, fuimos testigos del signo más impactante ocurrido en El Santuario, desde el hallazgo del óleo de Nuestra Señora en las costas de Muaco en 1723: la Lacrimación de su Imagen Peregrina. 
Según testimonio real de los testigos, doy fe de que así ocurrieron los hechos: 
A ejemplo del pueblo de Éfeso en el año 434, cuando la proclamó Teotokos, se coronó la talla indígena de la Virgen de Guadalupe que se venera en el Santuario. El 12 de diciembre de 1992, el Cardenal José Alí Lebrún, la había coronado canónicamente, más sin embargo, gracias haber recibido una corona como ofrenda para Ella por parte de la Congregación Religiosa Española “Hermanos Obreros de la Cruz”, en ocasión de su ordenación diaconal; realizamos esta su Segunda Coronación.
 Se congregó el pueblo falconiano, fiel devoto de la Virgen Morena, para honrarla desde las 5:30 p.m. 
Concelebramos la solemne Eucaristía, Excelentísimo Mons. Roberto Lückert León, Arzobispo de Coro; Ilustrísimo Mons. Lucas Arcila, Párroco de San Agustín de Las Calderas; el Pbro. Pedro Daniel Jiménez, Párroco de Nuestra Señora de Lourdes de Mene Mauroa y el Ilustrísimo Mons. Julio Germán Urrego Montoya, Rector del Santuario Guadalupano de El Carrizal.
Un silencio contemplativo de parte de más de mil fieles, mientras colocaba como Arzobispo la corona a la imagen indígena de madera, evidenció la profunda veneración y honra del pueblo por su Madre Celestial. El fervor de esta noche, fue mucho más intenso que como de costumbre cuando asisten peregrinos los lunes a las misas de sanación. 
Aproximadamente a las 7:45 p.m. culminó la ceremonia. Muchos fieles ya habían retornado a sus casas, otros quedaban compartiendo vivencias y otros oraban dentro de la Casita de la Virgen, pero, después de dejar los ornamentos en la sacristía, en donde reposaba la Imagen Peregrina que preparó a Falcón para la Primera Coronación Canónica de la Guadalupana en 1992, tuvimos que retornar a la misma, por aviso de algunos fieles para testificar la Lacrimación de dicha imagen. 
El impresionante signo había comenzado durante la Misa, cuando una madre, Carlúmb de Vargas, amamantaba a su niña Mariangel Vargas en la sacristía. Después de observar la "humedad en el rostro de dicha imagen", llamó al Sr. José Luis Rodríguez, uno de los Embajadores de Nuestra Señora que custodian el Santuario, para comunicarle lo observado. Éste, tomó un paño y secó su rostro y su traje, no pensando que había brotado dicho líquido de la imagen como lágrimas. No comentaron nada, pues no sospecharon de qué se trataba. Desconociendo lo ocurrido, el Pbro. Pedro Daniel Jiménez, tras retrasar su salida de la sacristía terminada la Misa, notó cómo brotaba de los ojos de la Virgen, un líquido semejante a lágrimas, tal cual estuviese llorando. 
Percatarnos del rostro triste y tierno con el que lloraba la imagen peregrina, fue impresionante, conmovedor, cuestionador, más bien indescriptible, pues sólo con los ojos de la fe podemos decir que estuvimos frente a un milagro.
Para que la contemplara su pueblo, que la esperaba en el interior de su Casita, la imagen se colocó en el altar del Santuario. Sólo se oró y se cantó pidiendo al Padre su Misericordia por intercesión de las lágrimas de la Madre de Dios. Fuimos eco una y otra vez de la jaculatoria de San Bernardo: “¡Oh Madre fuente de Amor, haznos sentir tu dolor para contigo llorar! 
Una muestra del líquido fue tomada en inyectadora para ser evaluada por un especialista, pero después de ésto, la Virgen dejó de llorar, habiéndolo hecho delante de todos, por aproximadamente 20 min.
Sólo la Madre Amantísima pudo regalarnos este signo con el mismo fin de siempre, repetirnos sin cesar: “Hagan lo que Jesús les diga” (Jn. 2, 5) “¿De qué tienes miedo?¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿Acaso no estás bajo mi sombra y mi regazo?. (Nican Mophua)
El pueblo mariano de Falcón tuvo esta noche la prueba visible para seguir cantando “desde el cielo la Guadalupana bajó al Carrizal”, como ciertamente también lo hizo hace doscientos setenta y ocho años.
Mons. Roberto Lückert León
Arzobispo Metropolitano de Coro

 

¿Por qué llora la Virgen?
Madre Adela Galindo
















Las lágrimas de la Virgen y Juan Pablo II

 

El Papa ha hecho referencia en varias ocasiones a las lágrimas de la Virgen.

El 31 de agosto, 2003, el Papa consagró a Europa y a todo el mundo -especialmente las regiones- que más sufren, a las lágrimas de la Virgen María. 

El Papa recordó la "Virgen de las Lágrimas" de Siracusa, Sicilia (Italia), por el “milagro de las lágrimas" ocurrido hace 50 años (1953) y reconocido por el Papa Pío XII. El Papa Juan Pablo II la invocó para pedirle protección para “quienes tienen más necesidad de perdón y reconciliación” y para que lleve “concordia a las familias y paz entre los pueblos”.  El Papa añadió: “A ti, dulce Virgen de las Lágrimas, presentamos a la Iglesia y al mundo entero. Enjuga las lágrimas que el odio y la violencia provocan en muchas regiones de la Tierra, especialmente en el Medio Oriente y en el Continente africano”.

1. Hay un lugar en Jerusalén, en la ladera del Monte de los Olivos, donde, según la tradición, Cristo lloró por la ciudad de Jerusalén. En esas lágrimas del Hijo del hombre hay casi un eco lejano de otro llanto al que se refiere la primera lectura tomada del libro de Nehemías. Después del regreso de la esclavitud Babilónica, los Israelitas decidieron reconstruir el templo. Pero antes escucharon las palabras de la sagrada Escritura y del sacerdote Esdras, que bendijo después al pueblo con el libro de la Ley. En ese momento todos rompieron en llanto. En efecto, leemos que el gobernador Nehemías y el sacerdotes Esdras dijeron a los presentes: "Este día está consagrado al Señor, vuestro Dios; no estéis tristes ni lloréis". "No estéis tristes, la alegría del Señor es vuestra fortaleza" (Ne 8, 9. 10). El llanto de los israelitas era de alegría por haber recuperado el templo y haber reconquistado la libertad.

2. Por el contrario, el llanto de Cristo en el Monte de los Olivos no fue de alegría, En efecto, exclamó: "¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina reúne a sus pollos bajo las alas, y no habéis querido! Pues bien, se os va a dejar desierta vuestra casa" (Mt 23, 37-38).

En el llanto de Jesús por Jerusalén se manifiesta su amor a la ciudad santa y, al mismo tiempo, el dolor que experimentaba por su futuro no lejano, que prevé: la ciudad será conquistada y el templo destruido; los jóvenes serán sometidos a su mismo suplicio, la muerte en cruz. "Entonces se pondrán a decir a los montes: ‘¡caed sobre nosotros!’ Y a las colinas: ‘¡cubridnos!’ Porque si en el leño verde hacen esto, en el seco ¿qué se hará?" (Lc 23, 30-31).

3. Sabemos que Jesús lloró en otra ocasión, junto a la tumba de Lázaro. "Los judíos entonces decían: ‘Mirad cómo quería’. Pero algunos de ellos dijeron: ‘Éste que abrió los ojos del ciego, ¿no podía haber hecho que éste no muriera?’" (Jn 11, 36-37). Entonces Jesús, manifestando nuevamente una profunda turbación, fue al sepulcro, ordenó quitar la piedra y, elevando la mirada al Padre, gritó con voz fuerte: "¡Lázaro, sal fuera!"(cf. Jn 1, 38-43).

4. El evangelio nos habla también de la conmoción de Jesús, cuando exultó en el Espíritu Santo y dijo: "Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito" (Lc 10, 21). Jesús se alegra por la paternidad divina; se alegra porque puede revelarla y, por último porque pude irradiarla de modo especial para los pequeños. El evangelista Lucas define todo eso como un regocijo en el Espíritu Santo. Regocijo que impulsa a Jesús a revelarse aún más: "Todo me ha sido entregado por mi Padre y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quien es el Padre sino el Hijo, y Aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar" (Lc 10, 22).

5. En el Cenáculo, Jesús predice a los Apóstoles su llanto futuro: "En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo", Y añade: "La mujer, cuando va a dar a luz, está triste, porque le ha llegado su hora; pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto, por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo" (Jn 16, 20-21). Así, Cristo habla de la tristeza y de la alegría de la Iglesia, de su llanto y de su alegría, refiriéndose a la imagen de una mujer que da a luz.

6. Los relatos evangélicos no recuerdan nunca el llanto de la Virgen. No escuchamos su llanto ni en la noche de Belén, cuando le llegó el tiempo de dar a luz al Hijo de Dios, ni tampoco en el Gólgota, cuando estaba al pie de la cruz. Ni siquiera podemos conocer sus lágrimas de alegría, cuando Cristo resucitó.

Aunque la sagrada Escritura no alude a ese hecho, la intuición de la fe habla en favor de él. María, que llora de tristeza o de alegría, es la expresión de la Iglesia, que se alegra en al noche de Navidad, sufre el Viernes santo al pie de la cruz y se alegra nuevamente en el alba de la Resurrección. Se trata de la Esposa del Cordero, que nos ha presentado la segunda lectura, tomada del libro del Apocalipsis (cf. 21, 9).

7. Conocemos algunas lágrimas de María por las apariciones con las que ella de vez en cuando acompaña a la Iglesia en su peregrinación por los caminos del mundo. María llora en La Salette, a mediados del siglo pasado, antes de las apariciones de Lourdes, en un período durante el cual el cristianismo en Francia afronta una creciente hostilidad.

Llora también aquí, en Siracusa, al término de la segunda guerra mundial. Se puede comprender dicho llanto precisamente en el marco de esos hechos trágicos: la inmensa hecatombe causada por el conflicto; el exterminio de los hijos e hijas de Israel; y la amenaza para Europa que proviene del este, constituida por el comunismo declaradamente ateo.

También en ese período llora la imagen de la Virgen de Czestochowa, en Lublín: éste es un hecho poco conocido fuera de Polonia. Por el contrario se difundió ampliamente la noticia del acontecimiento de Siracusa, y fueron numerosos los peregrinos que vinieron aquí. También el cardenal Stefan Wyszynski vino aquí en peregrinación en 1957, después de haber sido excarcelado. Yo mismo, que por aquel entonces era un obispo joven, vine aquí durante el Concilio, y pude celebrar la santa misa el día de la conmemoración de todos los fieles difuntos.

Las lágrimas de la Virgen pertenecen al orden de los signos; testimonian la presencia de la Madre Iglesia en el mundo. Una madre llora cuando ve a sus hijos amenazados por algún mal, espiritual o físico. María llora participando en el llanto de Cristo por Jerusalén, junto al sepulcro de Lázaro y, por último, en el camino de la cruz.

8. Pero conviene recordar también las lágrimas de Pedro, El evangelio de hoy narra la confesión de Pedro en las cercanías de Cesarea de Filipo. Escuchemos las palabras de Cristo: "Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos" (Mt 16, 17). Hay otras palabras muy conocidas del Redentor a Pedro: "En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes que tú me hayas negado tres veces" (Jn 13, 38). Y así sucedió. Pero, cuando en la casa del sumo sacerdote, Jesús miró a Pedro en el momento en que cantó el gallo, éste "recordó las palabras del Señor. Y, saliendo fuera, rompió a llorar amargamente" (Lc 22, 61-62). Lágrimas de dolor y de conversión, que confirman la verdad de su confesión. Gracias a ellas, después de la resurrección, pudo decir a Cristo: "Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo" (Jn 21, 17).

9. Hoy, aquí en Siracusa, puedo dedicar el santuario de la Virgen de las Lágrimas. Aquí estoy finalmente, por segunda vez, pero ahora vengo como Obispo de Roma, como Sucesor de Pedro, y realizo con alegría este servicio a vuestra comunidad, a la que saludo con afecto.

10. Oigo resonar hoy en mí, en este lugar, las palabras que Cristo dirige a Pedro: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos" (Mt 16, 18-19).

Estas palabras de Cristo expresan la suprema autoridad que él posee como Redentor: el poder de perdonar los pecados, que adquirió al precio de su sangre derramada en el Gólgota; el poder de absolver y perdonar.

11. Santuario de la Virgen de las Lágrimas, has nacido para recordar a la Iglesia el llanto de la Madre.

Recuerda también el llanto de Pedro, a quien Cristo confió las llaves del reino de los cielos para el bien de todos los fieles. Que esas llaves sirvan para atar y desatar, para redimir toda miseria humana.

Vengan aquí, entre estas paredes acogedoras, cuantos están oprimidos por la conciencia del pecado y experimenten aquí la riqueza de la misericordia de Dios y de su perdón. Los guíen hasta aquí las lágrimas de la Madre. Son lágrimas de dolor por cuantos rechazan el amor de Dios, por las familias separadas o que tienen dificultades, por la juventud amenazada por la civilización de consumo y a menudo desorientada, por la violencia que provoca aún tanto derramamiento de sangre, y por las incomprensiones y los odios que abren abismos profundos entre los hombres y los pueblos.

Son lágrimas de oración: oración de la Madre que da fuerza a toda oración y se eleva suplicante también por cuantos no rezan, porque están distraídos por un sin fin de otros intereses, o porque están cerrados obstinadamente a la llamada de Dios.

Son lágrimas de esperanza, que ablandan la dureza de los corazones y los abren al encuentro con Cristo redentor, fuente de luz y paz para las personas, las familias y toda la sociedad.

Virgen de las Lágrimas, mira con bondad materna el dolor del mundo. Enjuga las lágrimas de los que sufren, de los abandonados, de los desesperados y de las víctimas de toda violencia.

Alcánzanos a todos lágrimas de arrepentimiento y vida nueva, que abran los corazones al don regenerador del amor de Dios. Alcánzanos a todos lágrimas de alegría, después de haber visto la profunda ternura de tu corazón.

¡Alabado sea Jesucristo!














En esta tierra el amor y el dolor van muy juntos. S. Juan de la Cruz nos decía: "quien no sabe de penas no sabe de amores". Y es por esto que Cristo en el Sermón de la Montaña nos dio como tercera bienaventuranza:

"Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados" (Mt. 5,5,)

El dolor, si no eleva y sublima, abate y aplasta. Por eso no todo dolor y llanto es bienaventurado.

Las lágrimas que Jesús proclama bienaventuradas son las que de alguna manera se refieren al reino de Dios y se contraponen al reino del mundo. "Vosotros llorareis y gemiréis, y el mundo se alegrará" (Jn 16,20)

¿Cuales son las lágrimas bienaventuradas?

Los que lloran las propias caídas o los pecados del mundo; los que aceptan las penas como medio de purificación de sus pecados; los que se imponen penitencias para formar su alma en el dolor; los que sufren persecución y dolores por causa del reino de Dios y de su extensión; los que pasan sequedades, tribulaciones con paz; los que gimen por el amor de Dios y por el cielo; todos estos son los que derraman lágrimas que, en sentido evangélico, pueden llamarse bienaventuradas y por lo tanto recibirán divina consolación.

Santa Catalina de Siena, en su famosa obra El Dialogo, tiene un precioso capítulo sobre las diferentes clases de lágrimas, su valor y fruto. Esta Doctora de la Iglesia distingue hasta cinco clases de lágrimas:

1 Lágrimas malas, que engendran muerte. Son las que proceden del pecado y llevan al pecado: lágrimas de odio, de envidia o desesperación, proceden de un corazón desordenado y apartado de Dios.

2 Lágrimas de temor por los propios pecados. Son las de los que se levantan del pecado por temor al castigo: el temor les hace llorar. Su motivación no es perfecta, pues no hay necesariamente arrepentimiento.

3 Lágrimas de los que, lejos del pecado, empiezan a querer servir a Dios; pero, privados de los consuelos visibles, lloran por verse con tanta incapacidad y tribulaciones.

4 Lágrimas de los que aman con perfección a Dios y al prójimo, doliéndose de las ofensas que se le hacen a Dios y compadeciéndose del daño del prójimo, en completo olvido de si mismos.

5 Lágrimas de dulzura, derramadas con gran suavidad por la unión intima del alma con Dios. Son lágrimas de puro amor que derraman los santos en las mas altas cumbres de perfección cristiana.

¿Lloró María Santísima?

 

La Virgen Maria sufrió muchas penas y dolores. Simeón le anuncia que ¨"una espada traspasaría su corazón" (Lc 2, 35). Y los cuatro evangelistas nos narran acontecimientos que no podían menos de causar un profundo dolor en María.

El libro del Apocalipsis, nos describe a la "Mujer vestida de sol, con la luna a sus pies y coronada con una corona de doce estrellas...y nos dice que "gritaba con dolores de parto" (Ap 12,1_2). Estos dolores son los que le produjo el parto sobrenatural de la Iglesia y de los miembros del cuerpo místico de su Hijo. El parto donde María nos recibe a todos como hijos, ocurrió al pie de la cruz de su Amado Hijo Jesús. Y María, seguirá sufriendo dolores de parto hasta que su Hijo no haya nacido en todos los corazones de los hombres.

Sabemos que Cristo lloró al predecir la ruina de Jerusalén (Lc 19,41) y que también, derramó lágrimas ante el dolor de Marta y María por la muerte de Lázaro (Jn 11,35). De la Stma. Virgen María, los evangelios no nos lo dice de forma explícita, pero al narrarnos situaciones dolorosas en las que ella participó plenamente en su misión de asociada a la obra redentora, o sea, como corredentora, debemos concluir que si Ella realmente sufrió, debió entonces haber llorado, derramado muchas lágrimas de sus ojos tan puros.

Llorar no es imperfección cuando el motivo del llanto es santo. Llorar no es efecto de debilidad, sino de fina sensibilidad. Llorar a impulsos del amor divino es un don de Dios, don que solo a grandes almas se concede.

San Francisco de Asís, lloraba tanto por sus pecados, que cuando uno visita la Basílica de Santa María de los Angeles, en donde se encuentra la Porciúncula y otros lugares cruciales para la vida del santo, encontramos una cueva que se llama ¨la capilla de las lágrimas¨. Esta capilla es la cueva donde San Francisco muchas veces lloró al contemplarse tan pecador ante la santidad de Dios.

Las siete espadas de la Santísima Virgen >>>

La Iglesia nos invita a meditar en los dolores de la Virgen, especialmente en siete de ellos. Siete es un numero que en lenguaje bíblico es símbolo de plenitud o totalidad.

Los siete dolores de la Virgen que meditamos especialmente en el rosario llamado así, son los siguientes:

1 la profecía de Simeón
2 la huida a Egipto
3 la pérdida de Jesús Niño en Jerusalén
4 el encuentro con Jesús camino del calvario
5 la muerte de Cristo en la Cruz
6 cuando bajan a Jesús de la Cruz y le colocan en sus brazos el cuerpo muerto de su Hijo
7 cuando sepultan a Jesús

Estos representan los siete momentos culminantes de los dolores de la Virgen. Y se han representado esos siete dolores, con siete espadas que traspasan el corazón de Nuestra Madre.

Notemos, que estos siete dolores están en relación con Jesús, porque el sufrimiento de María proviene de su total comunión con el Redentor. Sus corazones eran y son uno. Es por esta unión que los sufrimientos de Cristo, son los de Su Madre, y los de María, son los del Corazón de Cristo. Hay en ellos una perfecta reciprocidad en el amor y en el dolor.

Fueron tantas las espadas de la Madre como los dolores del Hijo. Cada punzada que daban a Jesús en el cuerpo, era una lanza que traspasaba, espiritualmente, al Corazón de la Virgen; cada bofetada, cada azote, cada llaga...eran puñaladas que daban a su Corazón materno, tan tierno y noble.

San Bernardo,

Jamás, esta espada no hubiera penetrado en la carne de tu Hijo sin atravesar tu alma. Por lo tanto, te llamamos mas que mártir, ya que tu sentimientos de compasión superaron las sensaciones del dolor corporal"

...y las setecientas...

Aunque siempre se han meditado los siete dolores de la Virgen, no hay que olvidar que siete no es un numero de limite o finito, sino de totalidad y plenitud. "Oh corazón virginal, pintado con siete espadas, y con setecientos deberían de pintarte. No tienen cuenta las estrellas del cielo, ni las gotas del mar, con los dolores de la Virgen María". (San Bernardo)

La vida dolorosa de la Virgen

Los dolores de Nuestra Señora, no deben reducirse a los que sufrió en el Calvario. "Toda la vida de Cristo fue cruz y martirio" (Tomas Kempis). De una manera semejante podemos afirmar que toda la vida de su Madre fue vida de llanto bienaventurado.

¿Sufrió Maria?

_desde sus tiernos años al ver los pecados del mundo y el olvido a Dios.
_al ver las zozobras de S. José y al abandonar totalmente a Dios la defensa de su causa.
_al ver todas las puertas cerradas al Dios que venía a este mundo hecho hombre.
_al escuchar el anuncio profético de que su Hijo había de ser señal de contradicción y que una espada atravesaría su propio corazón.
_al salir precipitadamente a Egipto para evitar que Herodes asesinara a su Hijo.
_al vivir los tres días interminables de tinieblas al haber perdido a su Hijo en Jerusalén.
_cuando murió S. José, quien era su apoyo, ayuda y compañero. El siervo fiel y prudente.
_cuando ella queda sola pues su Hijo salió de Nazaret y empieza su vida pública.
_cuando sabe de todas las burlas, ataques y persecuciones que tiene Jesús por su enseñanza. Por la incredulidad, la aspereza, la ceguera, la obstinación, el odio, la dureza de los corazones que no aceptaban a Jesús.
_al saber a Jesús apresado, traicionado, abandonado, azotado, coronado de espinas, condenado a muerte.
_al encontrarse con su Hijo, todo destrozado, cargando una cruz y en el camino a la crucifixión.
_al ver a su hijo morir en una cruz.
_cuando lo pusieron en su regazo maternal.
_en la honda y amarga soledad del sábado santo, al quedarse sin el hijo de sus entrañas.
_al ver los primeros golpes que recibió el Cuerpo místico de su Hijo, la Iglesia. Al saber que los apóstoles eran perseguidos, azotados, lapidados, encarcelados y martirizados.
_al ver que su estancia en la tierra se prolongaba y que su ansia de estar con su Hijo no llegaba.

Una característica del amor de María es que es un amor fiel y dispuesto ha llegar hasta el mas grande dolor por ese amor. Y es que Amor que no es fiel en los momentos de dolor, es apariencia, farsa, caricatura del amor. Por el contrario, amor que permanece fiel en la tribulación, en el desamparo, en la ausencia, en el sufrimiento, no solo se demuestra como amor auténtico y real, sino que se depura y purifica como el oro en el crisol, se aumenta y agiganta como llama que prende en leña seca, se consolida y fortalece como piedra que en invierno hunde sus raíces en la tierra.

La Santísima Virgen lloró, y lloró mucho!! María lloró en su vida terrena y lo que es mas admirable todavía,

Virgen Llora
La Virgen llora en La Salette

Virgen llora sangre
La Virgen llora sangre
 en Civitavecchia

 que aunque está ya en el cielo gozando de la promesa de consolación, ella continúa llorando por nosotros y por las ofensas que nosotros los hombres cometemos en contra de su Hijo. En La Salette, a mediados del siglo pasado en un período durante el cual el cristianismo en Francia afronta una creciente hostilidad. Lloró en Fátima, cuando los niños describen la tristeza de la Virgen al hablar de cuan ofendido es Dios por los pecados y muestra a los pastorcitos el horror del infierno y cuantas almas están yendo a el. En Lourdes se ha aparecido llorando, apenada y dolorosa, exhortando a la penitencia para evitar las tragedias y castigos a la humanidad. Y en Siracusa, al final de la segunda guerra mundial, quiso obrar el singular milagro de que una sencilla imagen llorara lágrimas reales que se pudieron observar y ver, y lo que es mas prodigioso, recoger y analizar, comprobándose que realmente se trataba de lágrimas de la misma composición que las lágrimas humanas.

También en ese período llora la imagen de la Virgen de Czestochowa, Polonia. En Civitavecchia, pequeña ciudad en las afueras de Roma, solo hace unos pocos años, una imagen de la Virgen de Medjugorje, lloró Sangre, milagro que fue oficialmente reconocido por el obispo de la diócesis. Muchas imágenes de la Rosa Mística han manifestado lacrimaciones de agua y de sangre.

¿Que nos quiere decir nuestra Madre llorando a través de imágenes?

¿Por qué llora la Virgen si esta en el cielo?

Veamos lo que dice el Papa Pio XII con motivo de la celebración del año Mariano de 1954, en referencia a las lágrimas de la estatua de Siracusa:

"Sin duda María es en el cielo eternamente feliz y no sufre dolor ni tristeza; pero no es insensible, antes bien alienta siempre al amor y la piedad para el desgraciado género humano, a quien fue dada por Madre, cuando dolorosa y llorando, estaba al pie de la cruz. Comprenderán los hombres el lenguaje de aquellas lágrimas de María?

Eran sobre el Gólgota lágrimas de compasión por Jesús y de tristeza por los pecados del mundo. Llora todavía por las renovadas llagas producidas en el Cuerpo Místico de Jesús? O ¿llora por tantos hijos a quienes el error y el pecado han apagado la vida de la gracia y ofenden gravemente a Dios? O ¿ son las lágrimas de espera por el retorno de los hijos suyos, un día fieles y hoy arrastrados por falsos encantos entre los enemigos de Dios?

El Santo Padre Juan Pablo II, dijo en su visita pastoral al Santuario "Nuestra Señora de las lágrimas" en Siracusa:

"Las lágrimas de la Virgen pertenecen al orden de los signos: testimonian la presencia de la Madre en la Iglesia y en el mundo. Una madre llora cuando ve a sus hijos amenazados por algún mal, espiritual o físico. María llora participando en el llanto de Cristo por Jerusalén, junto al sepulcro de Lázaro y por último, en el camino de la cruz. Las lágrimas de la Madre son:

Lágrimas de dolor: por cuantos rechazan el amor de Dios y por la humanidad oprimida y rota.

Lágrimas de oración: de la Madre que eleva su oración suplicante por los que no rezan, por los que están obstinados y cerrados para no escuchar a Dios.

Lágrimas de esperanza: que desean ablandar los corazones endurecidos, alcanzado arrepentimiento, llanto de conversión en todos aquellos que no han llorado por sus pecados.

Nuestro Señor dijo a la Hna. Lucía en sus apariciones en Pontevedra: "Mira el Corazón de tu Madre rodeado de espinas por todas las ofensas e injurias con que se le hiere. Al menos tú, procura consolarle."

Escuchemos todos este llamado del Señor, convirtámonos en almas consoladoras y reparadoras del Inmaculado Corazón.

Ver también: Rosa Mística

..
el gran doctor mariano, nos dice: "En verdad, Madre santa, una espada traspaso tu alma.

"Estaba la Madre Dolorosa"
Tradicional oración

"La Madre piadosa estaba 
junto a la cruz y lloraba
mientras el Hijo pendía;
cuya alma triste y llorosa
traspasada y dolorosa
fiero cuchillo tenia....

¡Oh dulce fuente de amor!
hazme sentir tu dolor
para que llore contigo".

 


Las lágrimas de la Virgen testimonian su presencia. 
"Virgen de las Lágrimas"
Catequesis del Santo Padre, 6 de noviembre de 1994

 
  Alerta Mundial a la Iglesia ? http://www.catolicos-alerta.com.ar
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
  I han falsificado la Santa+Misa ? ver : http://www.catolicos-alerta.com.ar
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  ¿ Se salva America Latina sobre los 700mts.del nivel del mar ?
http://tiahuanacuspiritual.blogspot.com.ar/
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