::::::: I AVE MARÍA,llena eres I de GRACIA I :::::::  
 
  I La Ssma.Virgen de Guadalupe le habla al Indio San Juan Diego en lengua nahuatl y siempre se yergue sobre "lo pagano" :: 20-04-2024 00:13 (UTC)
   
 

Nuestra Señora de Guadalupe (México)




       El Tepeyac era el centro del culto a la diosa de la tierra antes de la llegada de los españoles. En la imagen, la más famosa efigie deCoatlicue. Cultura mexica,Posclásico Tardío (ss. XII-XV).



Nuestra Señora de Guadalupe (México)

Nuestra señora de Guadalupe (Virgen de Guadalupe)
Imagen Nuestra Señora de Guadalupe (México)
Reina de México y Emperatriz de América
Venerada en Iglesia Católica
Templo Basílica de Guadalupe
Festividad 12 de diciembre
Patrona de México, América y Filipinas

Nuestra Señora de Guadalupe es una advocación mariana de la Iglesia católica, cuya imagen tiene su principal centro de culto en la Basílica de Guadalupe, en el norte de la Ciudad de México.

De acuerdo a la tradición mexicana,1 la Virgen María de Guadalupe se apareció cuatro veces a San Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el cerro del Tepeyac. Según el relato guadalupano conocido como Nican mopohua, tras una cuarta aparición, la Virgen ordenó a Juan Diego que se presentara ante el primer obispo de México, Juan de Zumárraga. Juan Diego llevó en su ayate unas rosas —flores que no son nativas de México y tampoco prosperan en la aridez del territorio— que cortó en el Tepeyac, según la orden de la Virgen. Juan Diego desplegó su ayate ante el obispo Juan de Zumárraga, dejando al descubierto la imagen de Santa María, morena y con rasgos mestizos.

Las mariofanías tuvieron lugar en 1531, ocurriendo la última el 12 de diciembre de ese mismo año. La fuente más importante que las relata es el Nican mopohua, atribuido al indígena Antonio Valeriano (1522-1605) y publicado en 1649 por el presbítero Miguel Sánchez en su libro "Imagen de la Virgen María Madre de Dios de Guadalupe", contribuyendo a divulgar ampliamente la devoción guadalupana.

Contenido

  [ocultar

Historia en la Iglesia Católica

Según la tradición católica, el Beato Juan Diego —que en 1990 el Papa en turno llamó «el confidente de la dulce Señora del Tepeyac»—2 nació en 1474 en Cuauhtitlán, entonces reino de Texcoco, perteneciente a la etnia de los chichimecas.Se llamaba Cuauhtlatoatzin, que en su lengua materna significaba «águila que habla», o «el que habla con un águila».

Ya adulto y padre de familia, atraído por la doctrina de los padres franciscanos llegados a México en 1524, recibió el bautismo junto con su esposa María Lucía. Celebrado el matrimonio cristiano, vivió castamente hasta la muerte de su esposa, fallecida en 1529. Hombre de fe, fue coherente con sus obligaciones bautismales, nutriendo regularmente su unión con Dios mediante la eucaristía y el estudio del catecismo.

El 9 de diciembre de 1531, mientras se dirigía a pie a Tlatelolco, en un lugar denominado Tepeyac, tuvo una aparición de la Virgen María, que se le presentó como «la perfecta siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios». La Virgen le encargó que en su nombre pidiese al Obispo capitalino el franciscano Juan de Zumárraga, la construcción de una iglesia en el lugar de la aparición. Y como el Obispo no aceptase la idea, la Virgen le pidió que insistiese. Al día siguiente, domingo, Juan Diego volvió a encontrar al Prelado, quien lo examinó en la doctrina cristiana y le pidió pruebas objetivas en confirmación del prodigio.

El 12 de diciembre, martes, mientras el Beato se dirigía de nuevo a la Ciudad, la Virgen se le volvió a presentar y le consoló, invitándole a subir hasta la cima de la colina de Tepeyac para recoger flores y traérselas a ella. No obstante la fría estación invernal y la aridez del lugar, Juan Diego encontró unas flores muy hermosas. Una vez recogidas las colocó en su «tilma» y se las llevó a la Virgen, que le mandó presentarlas al Sr. Obispo como prueba de veracidad. Una vez ante el obispo el Beato abrió su «tilma» y dejó caer las flores, mientras en el tejido apareció, inexplicablemente impresa, la imagen de la Virgen de Guadalupe, que desde aquel momento se convirtió en el corazón espiritual de la Iglesia en México.

El Beato, movido por una tierna y profunda devoción a la Madre de Dios, dejó los suyos, la casa, los bienes y su tierra y, con el permiso del Obispo, pasó a vivir en una pobre casa junto al templo de la «Señora del Cielo». Su preocupación era la limpieza de la capilla y la acogida de los peregrinos que visitaban el pequeño oratorio, hoy transformado en este grandioso templo, símbolo elocuente de la devoción mariana de los mexicanos a la Virgen de Guadalupe.

En espíritu de pobreza y de vida humilde Juan Diego recorrió el camino de la santidad, dedicando mucho de su tiempo a la oración, a la contemplación y a la penitencia. Dócil a la autoridad eclesiástica, tres veces por semana recibía la Santísima Eucaristía.

En la homilía que Vuestra Santidad pronunció el 6 de mayo de 1990 en este Santuario, indicó cómo «las noticias que de él nos han llegado elogian sus virtudes cristianas: su fe simple [...], su confianza en Dios y en la Virgen; su caridad, su coherencia moral, su desprendimiento y su pobreza evangélica. Llevando una vida de eremita, aquí cerca de Tepeyac, fue ejemplo de humildad» (Ibídem).

Juan Diego, laico fiel a la gracia divina, gozó de tan alta estima entre sus contemporáneos que éstos acostumbraban decir a sus hijos: «Que Dios os haga como Juan Diego».

Circundado de una sólida fama de santidad, murió en 1548.

Su memoria, siempre unida al hecho de la aparición de la Virgen de Guadalupe, ha atravesado los siglos, alcanzando la entera América, Europa y Asia.

El 9 de abril de 1990, ante Vuestra Santidad fue promulgado en Roma el decreto «de vitae sanctitate et de cultu ab immemorabili tempore Servo Dei Ioanni Didaco praestito».

El 6 de mayo sucesivo, en esta Basílica, Vuestra Santidad presidió la solemne celebración en honor de Juan Diego, decorado con el título de Beato.

Precisamente en aquellos días, en esta misma arquidiócesis de Ciudad de México, tuvo lugar un milagro aprovado por la Iglesia Católica por intercesión de Juan Diego. Con él se abrió la puerta que ha conducido a la actual celebración, que el pueblo mexicano y toda la Iglesia viven en la alegría y la gratitud al Señor y a María por haber puesto en nuestro camino al Beato Juan Diego, que según las palabras de Vuestra Santidad, «representa todos los indígenas que reconocieron el evangelio de Jesús» (Ibídem). 3

Documentos históricos aprobados por la Iglesia Católica

Existen algunos documentos aprobados por la Iglesia católica en los cuales se confirma la existencia de Juan Diego, su relato sobre La Vírgen y Zumárraga:

  • El Nican Mopohua, texto náhuatl, la lengua azteca, escrito hacia 1545 por Antonio Valeriano (1516-1605), ilustre indio tepaneca, alumno y después profesor y rector del Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, Gobernador de México durante treinta y cinco años; publicado en 1649 por Luis Lasso de la Vega, capellán de Guadalupe; y traducido al español por Primo Feliciano Velázquez en 1925. Este documento precioso es probablemente el primer texto literario náhuatl, pues antes de la conquista los aztecas tenían sólo unos signos gráficos, como dibujos, en los que conseguían fijar ciertos recuerdos históricos, el calendario, la contabilidad, etc.4
  • El Testamento de Juana Martín, del 11 de marzo de 1559, vecina de Juan Diego. El original, en náhuatl, se halla en la Catedral de Puebla. 5
  • El Inin Huey Tlamahuizoltin ó Huei Tlamahuiçoltica, texto náhualt, compuesto hacia 1580, quizá por el P. Juan González, intérprete del Obispo Zumárraga; traducido por Mario Rojas. Es muy breve, y coincide en los sustancial con el Nican Mopohua.
  • El Nican Motecpana, texto náhuatl, escrito hacia 1600 por Fernando de Alba Ixtlilxóchitl (1570-1649), bisnieto del último emperador chichimeca, alumno muy notable del Colegio de Santa Cruz, que fue gobernador de Texcoco, escritor y heredero de los papeles y documentos de Valeriano, entre los cuales recibió el Relato de las Apariciones de la Virgen de Guadalupe. En este precioso texto se nos refiere algunos datos importantes de la vida santa de Juan Diego, así como ciertos milagros obrados por la Virgen en su nuevo templo. El Testamento de Juan Diego, manuscrito del XVI, conservado en el convento franciscano de Cuautitlán, y recogido después por don Lorenzo Boturini. 6
  • Varios Anales, en náhuatl, del siglo XVI, como los correspondientes a Tlaxcala, Chimalpain, Cuetlaxcoapan, México y sus alrededores, hacen referencia a los sucesos guadalupanos.
  • Las Informaciones de 1666, hechas a instancias de Roma, en las que depusieron 20 testigos, 8 de ellos indios ancianos. Entre los testigos se contó a Don Diego Cano Moctezuma, de 61 años, nieto del emperador, Alcalde ordinario de la ciudad de México.
  • En el XVII, hay varias Historias de las Apariciones de Guadalupe, publicadas por el bachiller Don Miguel Sánchez (1648), el bachiller Don Luis de Becerra Tanco (1675), el P. Francisco de Florencia S.J. (1688) y el Pbro. Don Carlos de Sigüenza y Góngora (1688).

El historiador del siglo XIX Joaquín García Icazbalceta, un especialista en Fray Juan de Zumárraga fue también muy inseguro al sostener la historia de la aparición e indicó en un reporte confidencial del obispo Labastida en 1883, que nunca hubo tal persona llamada Juan Diego. Sin embargo, hubo respuestas a Icazbalceta, y se probó que en muchas afirmaciones se equivocaba. Entre quienes le respondieron se puede citar a Primo Feliciano Velázquez en "La Aparición de Santa María de Guadalupe", Fortino Hipólito Vera, obispo de Cuernavaca en "Contestación histórico-crítica", Agustín de la Rosa en su "Defensa de la Aparición Guadalupana" y, en tiempos modernos, Joel Romero Salinas en su libro "Eclipse Guadalupano", sólo por citar algunos de los muchos contradictores de Icazbalceta.

Cabe señalar que la Santa Sede ordenó una extensa investigación ante la postura de Schulenburg, y finalmente se consideró históricamente probada la existencia de Juan Diego como persona real. Tres historiadores, Eduardo Chávez Sánchez, José Luis Guerrero Rosado y Fidel González Fernández, publicaron esta investigación en el libro El Encuentro de la Virgen de Guadalupe y Juan Diego (Porrua, México, 1999)

Origen de esta historia

El Nican Mopohua (‘aquí se narra’, en idioma náhuatl) es el título de la narración en la que se cuentan las apariciones de la Virgen de Guadalupe. El elegante y complejo texto no está escrito en un náhuatl original sino en el lenguaje reformado en los conventos jesuitas.

El texto original que fue impreso en 1649 por el bachiller criollo Luis Lasso de la Vega (1605-1660), capellán del santuario de Guadalupe. Él se lo atribuye al doctor don Antonio Valeriano de Azcapotzalco (c. 1520 – c. 1605), que habría sido un indígena noble del siglo anterior (pariente de Moctezuma Xocoyotzin, noveno rey azteca), y quien como estudiante del Colegio de Santa Cruz de Santiago Tlatelolco habría sido uno de los alumnos nahuas de fray Bernardino de Sahagún (1499-1590). Según Lasso de la Vega, el indígena Valeriano había oído la historia directamente de labios de Juan Diego (quien —según el mismo Lasso— habría fallecido en 1548).

Basándose en la fecha del Primer Concilio Provincial Mexicano —que se celebró en la ciudad de México entre junio y noviembre de 1555—, el historiador Edmundo O’Gorman (1906-1995) opinaba que Antonio Valeriano había escrito el Nican mopohua en 1556. En ese sínodo, el arzobispo Montúfar ordenó que se examinaran las historias de los santuarios y de los iconos venerados en México, y que todos los que no tuvieran suficiente fundamento se destruyeran. Montúfar le habría ordenado al indígena Valeriano que escribiera una historia milagrosa que legitimara en México el culto a la Virgen de Guadalupe de España (que era la devoción del arzobispado de México).

El título del libro se deriva de las dos primeras palabras del texto, impresas en gruesos caracteres en su primera publicación. Forma parte de un texto más extenso, el Huei tlamahuizoltica (‘muy maravillosamente’, que son las dos palabras iniciales del texto). Este Huei tlamahuizoltica incluye —además del Nican mopohua— textos introductorios, oraciones y el Nican motecpana (‘Aquí se pone en orden’) que es la lista de algunos milagros atribuidos a la Virgen en los años que siguieron a su primera aparición.

El sacerdote católico Luis Becerra Tanco (s. XVII) cuenta que en una fiesta del 12 de diciembre de 1666 —sólo diecisiete años después de la publicación del texto náhuatl— oyó a unos indígenas que durante la danza cantaban en náhuatl cómo la Virgen María se le había aparecido al indígena Juan Diego, cómo había curado al tío de éste y cómo se había aparecido en la tilma ante el obispo.7

La obra está escrita en fina prosa poética (tecpiltlahtolli: ‘lengua noble’) y tuvo varias traducciones, siendo las más difundidas las de:

  • 1666: presbítero Luis Becerra Tanco
  • antes de 1688: Fernando de Alva Ixtlilxóchitl (historiador y gobernador de Texcoco, 1578-1650) traducción parafrástica al castellano, que aparece en La estrella del norte de México (1688) del presbítero Francisco de Florencia.
  • 1886: presbítero Agustín de la Rosa (traducción directa del náhuatl al latín)
  • 1926: licenciado Primo Feliciano Velázquez
  • 1978: presbítero Mario Rojas Sánchez (de la diócesis de Huejutla)
  • 1978: presbítero Ángel María Garibay Kintana (1892-1967)
  • 1989: Guillermo Ortiz de Montellano
  • 2002: Miguel León-Portilla (primera traducción laica).

"Aparición" ante San Juan Diego y Juan Bernardino

Según el relato narrado en el Nican Mopohua, la Virgen María se había manifestado un siglo antes al indígena Juan Diego, quien era originario de Cuautitlán (que pertenecía al señorío de Texcoco), y a su tío Juan Bernardino, ambos convertidos al cristianismo pocos años atrás a raíz de la conquista española.

Rosas del Tepeyac.

El Nican Mopohua dice que la Virgen le reveló el nombre «Guadalupe» a Bernardino cuando éste se encontraba enfermo de gravedad. Los críticos escépticos opinan que es imposible que la Virgen se haya nombrado a sí misma Guadalupe ante el anciano, ya que Juan Bernardino no entendía la lengua castellana traída por los españoles al Nuevo Mundo, por tanto el diálogo tuvo que haberse desarrollado en la lengua nativa, que era el náhuatl (lengua viva hablada por más de 2,5 millones de personas), en la que no existen las consonantesg ni d.

Una explicación de este error podría ser que la aparición haya dicho que era la Virgen Tequatlasupe, y que —debido a que para los españoles era muy difícil de pronunciar ese nombre— los españoles la llamaron «Virgen de Guadalupe» (relacionándola con la Virgen de Guadalupe extremeña).

El obispo de México probablemente tenía interés en que el nombre de la virgen fuera el de Guadalupe, para así contar con la simpatía deHernán Cortés, quien era devoto de la Virgen de Guadalupe —patrona de su región (Extremadura, España)— y que llevaba consigo una imagen de madera.

Una segunda explicación es que quizá la Virgen de Guadalupe se comunicase en el idioma nativo de Juan Diego, pero usó su nombre de Guadalupe (extremeño de origen árabe).

Etimología del nombre

Según los guadalupanos mexicanos actuales, el nombre de la Virgen mexicana de Guadalupe podría ser una deformación de un nombre original desconocido —pronunciado enidioma náhuatl— con el que el indígena Juan Diego habría mencionado a la Virgen que se le había aparecido.

Varios escritores[cita requerida] han tratado de identificar palabras en idioma náhuatl que suenen parecido a Guadalupe y tengan algún significado religioso, para que pudieran ser el nombre que dijo la Virgen:

  • coatlallope: ‘la que aplasta a la serpiente’ (siendo coatl: ‘serpiente’, a: preposición y llope: ‘aplastar’).
  • tequantlanopeuh: ‘la que tuvo origen en la cumbre de las peñas’.
  • tequatlasupe: ‘la que aplasta la cabeza de la serpiente’.
  • tlecuatlahlope: ‘la que nos salva de ser comidos’.
  • tlecuauhtlacupeuh: ‘la que viene volando de la luz como el águila de fuego’.
    • cuahtlapcupeuh.
  • tlecuauhtlapcupeuh: ‘la que procede de la región de la luz como el águila de fuego’.

Origen del culto a la Virgen de Guadalupe en el Tepeyac Todavía no aprobadas por la Iglesia

El Tepeyac era el centro del culto a la diosa de la tierra antes de la llegada de los españoles. En la imagen, la más famosa efigie deCoatlicue. Cultura mexica,Posclásico Tardío (ss. XII-XV).

Desde la época prehispánica, el Tepeyac había sido un centro de devoción religiosa para los habitantes del valle de México. En esta eminencia geográfica localizada en lo que fuera la ribera occidental del lago de Texcoco se encontraba el santuario más importante de la divinidad nahua de la tierra y la fertilidad. Esta diosa era llamada Coatlicue (náhuatl: cóatl-cuéitl, «Señora de la falda de serpientes»)?, que por otros nombres también fue conocida como Teteoinan (náhuatl: téotl-nan, «dios-madre»«Madre de los dioses»)? o Tonantzin (náhuatl: to-nan-tzin, «Nuestra venerable madrecita»)?. El templo de Tonantzin Coatlicue fue destruido completamente como resultado de la Conquista.

Conocedores de la importancia religiosa del santuario indígena del Tepeyac, los franciscanos decidieron mantener en el lugar una pequeña ermita. La decisión de mantener una ermita ocurrió en el marco de una intensa campaña de destrucción de las imágenes de los dioses mesoamericanos, a los que se veía como una amenaza para la cristianización de los indígenas.8 Uno de los primeros registros sobre la existencia de la ermita corresponde a la década de 1530.[cita requerida] Los indígenas se dirigían al lugar siguiendo la tradición prehispánica. Dos décadas más tarde, no solo los indígenas acudían a la ermita del Tepeyac a venerar -según documentos de la época-la imagen aparecida de laVirgen María. En efecto, a mediados del siglo XVI, la devoción hacia la imagen se había extendido entre los criollos.

La tradición católica cree que la aparición de la imagen de la Virgen de Guadalupe fue en el año 1531, diez años después de la caída de México-Tenochtitlan en manos de los españoles. Esta fecha aparece registrada en el Nican mopohua, uno de los capítulos que integran el Huei tlamahuizoltica, obra en lengua náhuatl escrita por Luis Lasso de la Vega y que la tradición atribuyó al indígena Antonio Valeriano.9

En 1555, Montúfar ordenó la remodelación de la ermita y la confió al clero secular.10 Los primeros registros de la aparición de la imagen mariana en la ermita corresponden precisamente a los años de 1555 y 1556. Entre otros testimonios tempranos del suceso se encuentran losDiarios de Juan Bautista y los Anales de México y sus alrededores. El primer documento afirma que "en el año de 1555 fue cuando se apareció Santa María de Guadalupe, allá en Tepeyacac",11 mientras que los Anales ubican el suceso un año más tarde: "1556 XII Pedernal: descendió la Señora a Tepeyácac; en el mismo tiempo humeó la estrella".12 En el siglo XVII, el chalca Domingo Francisco Chimalpahin Quauhtlehuanitzinrecogería los primeros documentos en sus Relaciones de Chalco, en los cuales ubica el suceso en 1556:

Año 12-Pedernal, 1556 años. Iba quedando bien doblado y fuerte el muro de piedra que daría la vuelta a toda la ciudad de México. Para la obra hicieron reunir a toda la gente de todos los pueblos del rumbo, por orden de los jefes y según disposiciones de don Luis de Velasco, Visurrey. Así pudo terminarse la muralla. También entonces ocurrió la aparición, dicho sea con respeto, de nuestra querida madre, Santa María de Guadalupe en el Tepeyácac.13

Imagen original en la Nueva Basílica del Tepeyac.

Al fortalecimiento del culto a la Virgen del Tepeyac contribuyó de manera decisiva la realización del Primer Concilio mexicano, que se celebró en la Ciudad de México entre el 29 de junio y el 7 de noviembre de 1555. El concilio fue organizado por el arzobispo Alonso de Montúfar y reunió a numerosos representantes de las órdenes monásticas de la Nueva España, entre ellos al franciscano Pedro de Gante; así como a los obispos Martín Sarmiento de Hojacastro (Tlaxcala), Tomás de Casillas (Chiapas), Juan López de Zárate (Oaxaca) y Vasco de Quiroga (Michoacán).14 Entre otras cosas, el Primer Concilio de la Iglesia novohispana resolvió reglamentar la manufactura de las imágenes religiosas, especialmente las realizadas por los indígenas. También se decidió favorecer el culto a los santos patrones de cada pueblo y todas las advocaciones marianas.15

Desde la llegada de los franciscanos a México en 1524, los indígenas fueron instruidos en la pintura y se les permitió la producción de imágenes religiosas. De modo que cuando Montúfar se pronunció a favor de acabar con las "abusiones de pinturas e indecencia de imágenes" producidas por los indígenas que "no saben pintar ni entienden bien lo qué hacen",16 en realidad estaba atacando la obra de los misioneros franciscanos representados por Pedro de Gante. El enfrentamiento sobre la producción de las imágenes religiosas y su papel en la cristianización de los indígenas era también el reflejo de los desencuentros entre el arzobispo de México y los franciscanos en lo referente al culto de la Virgen del Tepeyac. El 6 de septiembre de 1556, Montúfar predicó una homilía en la cual se pronunciaba partidario de la promoción del culto a la Guadalupana entre los indígenas.17 El 8 de septiembre de ese mismo año, el arzobispo obtuvo una respuesta sumamente crítica por parte de los franciscanos en boca deFrancisco de Bustamante.18 La labor de la Orden Franciscana en la cristianización de América había estado imbuida por la filosofía erasmiana que rechazaba la veneración de las imágenes, de modo que cuando Montúfar se mostró favorable a difundir el culto de la imagen del Tepeyac lo que obtuvo en contestación fue la siguiente declaración de Bustamante:

[...] la devoción de esta ciudad ha tomado en una ermita e casa de Nuestra Señora que han intitulado de Guadalupe, es un gran perjuicio de los naturales porque les da a entender que hace milagros aquella imagen que pintó el indio Marcos.19

La disputa entre los franciscanos y el Arzobispado de México se resolvió en favor de este último. Para ello, Montúfar y sus partidarios tuvieron que moderar su discurso sobre la índole del culto a la Virgen de Guadalupe, aproximándose aparentemente a los preceptos defendidos por los franciscanos.20 La promoción oficial del culto guadalupano por parte de la Iglesia novohispana se inscribe en un proceso más amplio en el que la perspectiva humanista de los franciscanos y su obra misional fue sustituida por los preceptos adoptados oficialmente por medio de las resoluciones del Concilio de Trento. De acuerdo con éstas, la Iglesia debería promover y conservar el culto a las imágenes de Cristo, la Virgen y todos los santos, en una clara reacción contra la iconoclastia protestante que prosperaba en el norte de Europa.21

Bernardino de Sahagún (en la imagen), gran conocedor de la cultura y lengua de los nahuas, fue uno de los críticos al culto de la Virgen de Guadalupe durante el siglo XVI.

De modo pragmático, el arzobispado de México hizo caso omiso de las advertencias vertidas por los franciscanos sobre la confusión que podía generar el culto de la imagen del Tepeyac entre los recién cristianizados indígenas del centro de México. A la voz de Francisco de Bustamante se sumaría después la de otros misioneros, entre ellos, Bernardino de Sahagún, que en su Historia general de las cosas de la Nueva Españapublicada en 1576 escribió que:

Cerca de los montes hay tres o cuatro lugares donde solían hacer muy solemnes sacrificios, y que venían a ellos de muy lejanas tierras. El uno de estos es aquí en México, donde está un montecillo que se llama Tepeacac, y los españoles llaman Tepeaquilla y ahora se llama Nuestra Señora de Guadalupe; en este lugar tenían un templo dedicado a la madre de los dioses que llamaban Tonantzin, que quiere decir Nuestra Madre; allí hacían muchos sacrificios a honra de esta diosa, y venían a ellos de muy lejanas tierras [...]; y ahora que está allí edificada la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe también la llaman Tonantzin tomada ocasión de los predicadores que a Nuestra Señora la Madre de Dios la llaman Tonantzin. De dónde haya nacido esta fundación de esta Tonantzin no se sabe de cierto, pero esto sabemos de cierto que el vocablo significa de su primera imposición a aquella Tonantzin antigua, y es cosa que se debía remediar porque el propio nombre de la Madre de Dios Señora Nuestra no es Tonantzin sino Dios y Nantzin; parece esta invención satánica para paliar la idolatría debajo la equivocación de este nombre Tonantzin y vienen ahora a visitar a esta Tonantzin de muy lejos, tan lejos como de antes, la cual devoción también es sospechosa, porque en todas partes hay muchas iglesias de Nuestra Señora, y no van a ellas, y vienen de lejanas tierras a esta Tonantzin como antiguamente.22

Debate histórico y controversias

La historicidad de la aparición ha sido controvertida desde las primeras publicaciones del suceso en 1647, y una considerable cantidad de literatura ha sido publicada discutiendo los problemas que surgen cuando se intenta entender la aparición como un acontecimiento históricamente certero.

No hay ninguna mención explícita de los escritos de Juan Diego, La Vírgen ó Zumárraga. Además, en un Catecismo llamado "Regla Cristiana" publicado en Nueva España antes de su muerte, fue indicado: "Ya no quiere el Redentor del mundo que haya milagros, porque no son necesarios." Si bien este escrito no es de Zumárraga, quien solamente lo editó, diversos apologistas guadalupanos discuten que el significado se refiera a milagros auténticos, pues el mismo texto del "Regla Cristiana" indica que se refiere a milagros pedidos por curiosidad. (Cf. Primo Feliciano Velázquez, Fortino Hipólito Vera)

Tan pronto como en 1556, Francisco de Bustamante, dirigente de los franciscanos en la colonia, pronunció un sermón ante el virrey y los miembros de la Real Audiencia. En ese sermón desacreditó los orígenes sagrados de la imagen. Contradiciendo el sermón que el arzobispo Alonso de Montúfar predicara dos días antes, Bustamante indicó:

"La devoción que ha estado creciendo en nuestra iglesia dedicada a Nuestra Señora, llamada de Guadalupe, en la ciudad es gravemente perjudicial para los nativos, porque les hace creer que la imagen pintada por Marcos el indio es de cualquier forma milagrosa." Falta, sin embargo, demostrar que el sermón sea auténtico, pues ningún historiador del siglo XVI menciona este supuesto conflicto entre Montúfar y Bustamante.

Algunos historiadores[cita requerida] consideran que la imagen fue hecha para representar sincréticamente a la Virgen María y a la madre diosa azteca Tonantzin (Es también creído que en el Tepeyac en tiempos prehispánicos que era el sitio de adoración de la diosa), proporcionando una forma de que los españoles del siglo XVI ganaran el apoyo de la población indígena de México. Puede haber proporcionando a los indígenas mexicanos de siglo XVI un medio para practicar secretamente sus religiones nativas, aunque lo contrario fue reafirmado en la canonización de Juan Diego en 2002.

El misionero y antropólogo Bernardino de Sahagún apoyó la misma opinión: escribió que el santuario del Tepeyac fue extremadamente popular pero preocupante porque la gente llamaba a la Vírgen de Guadalupe con el vocablo Tonantzin. Sahagún dijo que los adoradores afirmaron que fue propio del náhuatl para referirse a la "Madre de Dios" — pero él desacreditó diciendo que "Madre de Dios" en náhuatl sería "Dios y Nantzin." Pero es importante hacer notar que Sahagún, al escribir sobre la devoción del Tepeyac en su libroHistoria General de las Cosas de Nueva España, dijo que el origen del culto "no se sabía de cierto", con lo cual estaría contradiciendo a Bustamante en la afirmación de que un "indio Marcos" la pintó.

El historiador del siglo XIX Joaquín García Icazbalceta, un especialista en Fray Juan de Zumárraga fue también muy inseguro al sostener la historia de la aparición e indicó en un reporte confidencial del obispo Labastida en 1883, que nunca hubo tal persona llamada Juan Diego. Sin embargo, hubo respuestas a Icazbalceta, y se probó que en muchas afirmaciones se equivocaba. Entre quienes le respondieron se puede citar a Primo Feliciano Velázquez en "La Aparición de Santa María de Guadalupe", Fortino Hipólito Vera, obispo de Cuernavaca en "Contestación histórico-crítica", Agustín de la Rosa en su "Defensa de la Aparición Guadalupana" y, en tiempos modernos, Joel Romero Salinas en su libro "Eclipse Guadalupano", sólo por citar algunos de los muchos contradictores de Icazbalceta.

Muchos historiadores y algunos clérigos, incluyendo el clérigo historiador estadounidense Stafford Poole y el antiguo abad de la Basílica de Guadalupe Guillermo Schulenburg, han rechazado la veracidad de la aparición. Schulenburg causó en particular una conmoción cuando afirmó en 1996 en la revista católica Ixthus que Juan Diego fue "un símbolo, no una realidad." Schulenburg no fue el primero en desacreditar el acontecimiento tradicional ni el primer católico en dejar su puesto después de su cuestionamiento de la historia de Guadalupe. En 1897, Eduardo Sánchez Camacho, obispo de Tamaulipas fue forzado a dejar su puesto después de expresar una similar opinión. Cabe señalar que la Santa Sedeordenó una extensa investigación ante la postura de Schulenburg, y finalmente se consideró históricamente probada la existencia de Juan Diego como persona real. Tres historiadores, Eduardo Chávez Sánchez, José Luis Guerrero Rosado y Fidel González Fernández, publicaron esta investigación en el libro El Encuentro de la Virgen de Guadalupe y Juan Diego (Porrua, México, 1999).

En 1982, el experto restaurador de arte José Sol Rosales examinó la imagen con estereomicroscopía e identificó sulfato de calcio, hollín de pino, en colores blanco y azul, tierras verdes (suciedad), redes hechas de carmín y otros pigmentos, y también oro. Rosales encontró en el trabajo materiales y métodos coincidentes con los del siglo XVI. Dos siglos antes, en 1751, el mejor pintor de la Nueva España, el oaxaqueño Miguel Cabrera, había dictaminado que la imagen no podía explicarse como humanamente hecha. En 1979 los norteamericanos Philip Callahan y Jody Brant Smith fotografiaron la imagen con cámara infrarroja y no encontraron explicación científica para la hechura del manto, túnica, manos y rostro de la Virgen.

Norberto Rivera Carrera, arzobispo de México, comisionó un estudio en 1999 acerca de la factura del ayate, Leoncio Garza Valdés, un pediatra y microbiólogo que había trabajado previamente en el Sudario de Turín, reclamó una inspección de fotografías de la imagen, encontraron tres distintas capas de pintura, al menos una de la cual tenía iniciales pintadas sobre ella, también indicó que el pintado original mostró sorprendentes similitudes a la original Señora de Guadalupe encontrada en Extremadura, España, en la segunda muestra de pintura mostrando otra Virgen con rasgos indígenas. Sin embargo no pudo citar ningún otro observador independiente que vea las mismas características. Garza Valdés también afirmó que la tela en donde fue pintada la imagen era de cáñamo e hilo, no de fibras de agave como se creía. Gilberto Aguirre, un colega de Garza Valdés que llevó la pintura a estudios en 1999, examinó las mismas fotografías e indicó que, si bien estaba de acuerdo en que la pintura había sido extensamente forzada, se oponía a las conclusiones de Garza Valdés y sostuvo que las condiciones de realización del estudio fueron inadecuadas. La inexistencia de fotografías que comprueben la tesis de Garza Valdés, y el hecho de que esas tres imágenes sobrepuestas implicarían anacronismos históricos, ha desacreditado en medios investigativos las conclusiones de Garza Valdés.

Varias imágenes similares han aparecido a través de la historia mexicana, en el pueblo de Tlaltenango, en el estado de Morelos, una pintura de Nuestra Señora de Guadalupe es reclamada que apareció milagrosamente en el interior de una caja que dos viajeros desconocidos dejaron en una residencia. Los propietarios de la residencia llamaron al padre local después de la tentedora noticia, aromas de flores y sándalo se desprendían de la caja. La imagen ha sido venerada desde su encuentro el 8 de septiembre de 1720, y es aceptada como una aparición válida por las autoridades católicas locales

La historia

El Nican Mopohua dice que uno de los testigos de las apariciones de la Virgen de Guadalupe fue fray Juan de Zumárraga, primer obispo de la ciudad de México, D. F..

La Virgen María, en su advocación de Virgen de Guadalupe, se apareció en varias ocasiones ante el converso mexica Juan Diego Cuauhtlatoatzin el sábado 12 de diciembre de1531 en el cerro del Tepeyac y le pidió que fuera en busca del obispo y le dijera que ella solicitaba la creación de un templo en ese lugar. El indígena fue en busca de fray Juan de Zumárraga para contarle de la solicitud de la virgen, pero fray Juan no creyó en las apariciones, pues este tipo de historias de apariciones espirituales era común, así que le pidió una prueba.

En respuesta a la petición del obispo, la Virgen pidió al indígena que, como pudiera, cortara unas rosas de Castilla de la cumbre del cerro y se las llevara al obispo (En ese tiempo era invierno y la zona del cerro era una zona árida, no apta para el crecimiento de flores como las rosas). El indígena obedeció y guardó las rosas dentro de su tilma o ayate. Juan Diego bajó del cerro y pidió una audiencia ante el obispo para mostrarle la prueba. Al llegar donde estaba el obispo, el indio estiró su ayate para tender las rosas sobre la mesa. Sobre el ayate aparece la imagen estilizada (claramente artística, no fotográfica) de la Virgen de Guadalupe. La prueba para el fraile no fueron solamente las rosas, sino el milagro de la imagen de la Virgen de Guadalupe sobre el ayate.

La imagen que hoy en día conocemos sería la misma que la de ese día del año 1531.

Sincretismo

El culto a la Virgen de Guadalupe podría ser un sincretismo con la diosa mexica Tonantzin (que significa ‘nuestra madre’), la diosa de la muerte; la cual se sabe que los mexicasveneraban en ese mismo cerro del Tepeyac.

Fray Bernardino de Sahagún lo menciona en uno de sus textos:

Cerca de los montes hay tres ó cuatro lugares donde solían hacer muy solemnes sacrificios, y que venían a ellos de muy lejanas tierras. El uno de estos es aquí en México, donde está un montecillo que se llama Tepeacac, y los españoles llaman Tepeaquilla, y ahora se llama Nuestra Señora de Guadalupe. En este lugar tenían un templo dedicado a la madre de los Dioses, que ellos la llamaban Tonantzin, que quiere decir nuestra madre. Allí hacían muchos sacrificios a honra de esta diosa, y venían a ellos de muy lejanas tierras, de más de veinte leguas de todas estas comarcas de México, y traían muchas ofrendas: venían hombres y mujeres y mozos y mozas.

En los escritos de Puebla (que se utilizaron para probar la santidad del indio Juan Diego) se eliminó —quizá deliberadamente, para evitar controversias acerca del sincretismo que se estaba realizando— el siguiente párrafo:

Era grande el concurso de gente en estos días; y todos decían «vamos a la fiesta de Tonantzin»; y ahora que está allí edificada la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, también la llaman Tonantzin, tomando ocasión de los predicadores, que a Nuestra Señora la Madre de Dios la llaman Tonantzin. De dónde haya nacido esta fundación de esta Tonantzin no se sabe de cierto; pero esto sabemos de cierto, que el vocablo significa de su primera imposición a aquella Tonantzin antigua; y es cosa que se deberá remediar porque el propio nombre de la Madre de Dios, Señora nuestra, no es Tonantzin sino Dios y Nantzin. Parece esta invención satánica para paliar la idolatría debajo la equivocación de este nombre Tonantzin y vienen ahora á visitar á esta Tonantzin de muy lejos, tan lejos como antes; la cual devoción también es sospechosa porque en todas partes hay muchas Iglesias de Nuestra Señora y no van a ellas, y vienen de lejanas tierras a esta Tonantzin como antiguamente.

argumenta que la tela del ayate sobre el que está la imagen de la Virgen es de fibra vegetal de maguey. Por su naturaleza, esta fibra se descompone por putrefacción en mucho menos de medio siglo. Así ha sucedido con varias reproducciones de la imagen que se han fabricado con tejido de maguey. El ayate, sin embargo, ha resistido más de 480 años.

La fiesta de Guadalupe

Artesanías.

La fiesta de la Virgen se celebra el 12 de diciembre. La noche del día anterior, las iglesias en todo lo ancho y largo del país se colman de fieles para celebrar una fiesta a la que llaman «las mañanitas a la Guadalupana» o serenata a la Virgen. El santuario de Guadalupe, ubicado en el cerro del Tepeyac en la ciudad de México, es visitado ese día por más de 5 millones de personas.

Se tiene por costumbre que tales peregrinaciones no sólo incluyan fieles y organizadores, sino danzantes llamados matlachines, quienes lideran las procesiones hasta llegar a la basílica.

[editar]Hechos notables

Antes del inicio del Mundial de Sudáfrica 2010, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, se comprometió a llevarle el trofeo de la Copa Mundial de Fútbol como muestra de agradecimiento a la Virgen de Guadalupe si la selección española se coronaba en dicho torneo; dado que ese hito se consumó, la copa fue llevada al altar por los seleccionados y federativos españoles.23 24 25 26 27

Véase también


Notas

  1. http://www.virgendeguadalupe.org.mx/apariciones/documentos/documentos_index.htm
  2.  Volpini, Valerio (1990). «L'Osservatore Romano». maggio:  p. 5.
  3.  http://www.vatican.va/news_services/liturgy/saints/ns_lit_doc_20020731_juan-diego_sp.htmlhttp://proton.ucting.udg.mx/temas/conozca/dioses/dioses.html
  4.  http://www.es.catholic.net/laicos/771/717/articulo.php?id=4668
  5.  http://www.boletinguadalupano.org.mx/boletin/acont_gpano/cuauhtitlan.htm
  6.  http://www.travelbymexico.com/blog/10563-el-nican-mopohua-texto-de-las-apariciones-de-la-virgen-de-guadalupe/
  7.  Clodomiro L. Siller Acuña: La evangelización guadalupana (pág. 3), México, D. F.: Cuadernos Estudios Indígenas n.º 1, 1984.
  8.  Gruzinsky, 1994: 73-77.
  9.  Gamboa Ojeda, 2004: 547.
  10.  Gruzinsky, 1994: 104-105.
  11.  Diario s de Juan Bautista, s/f: 33.
  12.  Anales de México y sus alrededores (A), Biblioteca Nacional de Antropología e Historia. La Iglesia católica propone la siguiente tesis para explicar la diferencia entre las fechas de datación de la aparición mariana incluidas en los distintos textos indígenas:

    En efecto, no se asombrará el lector si en los sucesivos documentos que presentaremos [los Anales de México y Tlatelolco], un mismo hecho histórico es ubicado en 1510 ó 1531 ó 1556, etc.; se debe a la impericia de los indios de correlacionar el calendario indígena con el juliano y luego, con el gregoriano (Rocha Cortés, s/f.)

  13.  Chimalpahin, 1965: 288.
  14.  Lundberg, 2006: 260.
  15.  Gruzinski, 1994: 110.
  16.  Citado en Toussaint, 1982: 100-101.
  17.  Mayer, 2002: 23-24.
  18.  O'Gorman, 1986: 70.
  19.  Sermón de Francisco de Bustamante, referido en la Información enviada por Alonso de Montúfar sobre la homilía del franciscano, citado en González de Alba,
  20.  Compárense los dos siguientes textos:

    [...] se ha predicado a los indios cómo han de entender la devoción de la imagen de Nuestra Señora, cómo no se hace la reverencia a la tabla ni a la pintura, sino a la imagen de Nuestra Señora, por razón de lo que representa, que es a la Virgen María, Nuestra Señora (Información..., 1556.)

    No porque este declarante entiende que la cruz e imágenes han de ser adoradas, antes cree, entiende y asílo hace que Xpo. se adora en la cruz y en la cruz se adora como cosa que representa a Xpo. y en este sentido lo escribió y lo entiende (Declaración del franciscano Mathurin Gilbert en el proceso inquisitorial en su contra, iniciado a instancias del obispo de Michoacán a causa de sus "ideas erróneas y escandalosas" plasmadas en Diálogo sobre la doctrina cristiana, obra de su autoría escrita en lengua tarasca, 1559; citado en Gruzinski, 1994: 115.

  21.  Mayer, 2002: 22-23.
  22.  Sahagún, 1956: libro XI.
  23.  http://www.eluniversal.com/2010/08/10/futb_ava_espana-lleva-la-copa_10A4322171.shtml
  24.  http://www.excelsior.com.mx/index.php?m=nota&id_nota=648241
  25.  http://www.vefutbol.com.mx/notas/28870.html
  26.  http://es.reuters.com/article/entertainmentNews/idESMAE67A00Z20100811
  27.  http://www.mediotiempo.com.mx/futbol/internacional/noticias/2010/08/10/angel-maria-villar-cumplio-su-promesa-y-llevo-la-copa-a-la-basilica

Bibliografía

  • (1556); Información que el señor Arzobispo de México D. Fray Alonso de Montúfar mandó practicar sobre un sermón que el 8 de septiembre de 1556 predicó fray Francisco de Bustamante acerca del culto de nuestra señora de Guadalupe, versión paleográfica en línea de Fidel de Jesús Chauvet,http://www.proyectoguadalupe.com/documentos/infor_1556.html, consultada el 17 de diciembre de 2008.
  • Chávez, Eduardo: La verdad de Guadalupe. México: Ediciones Ruz, 2009.
  • Chimalpahin Quauhtlehuanitzin, Domingo Francisco de San Antón Munón (1965): Relaciones originales de Chalco-Amaquemecan, Fondo de Cultura Económica, México.
  • De Sahagún, Bernardino (1956): Historia general de las cosas de la Nueva España, Porrúa, México.
  • Escalada, Xavier: Enciclopedia guadalupana (5 tomos). México: Enciclopedia Guadalupana AC.
  • Galera Lamadrid, Jesús: Nican Mopohua, breve análisis literario e histórico. México: Porrúa, 2001.
  • Gamboa Ojeda, Leticia (2004), "Reseña a La Virgen de Guadalupe. Imagen y tradición, de David Brading", en Historia Mexicana, LII(2), pp. 546-551.
  • González de Alba, Luis (s/f), "La Virgen Guadalupana, contradicción permanente", en Razonamientos, (3), versión en internet http://amer.humanists.net/virgen.html, consultada el 17 de diciembre de 2008.
  • Gruzinsky, Serge (1994), La guerra de la imágenes. De Cristóbal Colón a "Blade Runner", Fondo de Cultura Económica, México.
  • León-Portilla, Miguel: Tonantzín Guadalupe, Pensamiento náhuatl y mensaje cristiano en el “Nican mopohua”. México: Fondo de Cultura Económica, 2000.
  • Siller Acuña, Clodomiro L.: La evangelización guadalupana. México, D. F.: Cuadernos Estudios Indígenas n.º 1, 1984.
  • Velázquez, Primo Feliciano: La aparición de Santa María de Guadalupe. México: Jus, 1931.

Enlaces externos


 
 
  Alerta Mundial a la Iglesia ? http://www.catolicos-alerta.com.ar
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
  I han falsificado la Santa+Misa ? ver : http://www.catolicos-alerta.com.ar
  Facebook botón-like
  ¿ Se salva America Latina sobre los 700mts.del nivel del mar ?
http://tiahuanacuspiritual.blogspot.com.ar/
Hoy habia 1 visitantes (1 clics a subpáginas) ¡Aqui en esta página!
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis